Lo primero que se reduce son los carbohidratos. Desafortunadamente, hay una muy buena opción porque es cierto que el pan y pasta hacen ganar peso, pero también es cierto que son esenciales para el cuidado de las arterias y el corazón.
Esto lo apoya el estudio realizado por investigadores en el Beth Israel Deaconess Medical Center (Estados Unidos): las dietas pobres en carbohidratos son efectivas para ayudarle a perder peso rápidamente, pero a largo pueden tener un efecto negativo sobre la salud vascular.
En definitiva, no te metas con la fuente de energía más importante. Los que reducen drásticamente la mayoría hidratos de carbono tienen un aumento del riesgo de accidente cerebrovascular y ataque cardíaco, deterioran la capacidad para formar nuevos vasos sanguíneos en los tejidos afectados por un suministro de sangre limitado.
Podemos evitar de tal modo las dietas hechas por nosotros y dejar siempre esto en manos de un dietista. A veces nuestro peso y nuestra hinchazón es debido a intolerancias alimentarias.

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